Hoy quisiera presentaros a un gran descubrimiento que he hecho hace apenas unas semanas, se trata de la escritora y gran artista
Susana Rodríguez Miguélez. La conocí a través de las redes sociales, a través de un grupo de lectura. Desde que leí la primera historia, ya estoy "enganchada" a sus pequeños escritos diarios, me ayudan a salir de la rutina y afrontar el día con una sonrisa!
La autora nace en león en 1972. Gran aficionada, tanto ella como sus hermanos a la lectura, ha participado en varios concursos de cuentos y novela. Por suerte, se ha lanzado a autoeditar su primera novela
"Los cuentos, como yo los entiendo"y ya está preparando la edición de otra.
A continuación os dejo una pequeña entrevista que ha tenido a bien concederme.
• ¿Cuándo decidiste ponerte a escribir y cuando descubriste que lo tuyo era contar historias?
Hará unos tres años, cuando mi hija mayor comenzó a tocar en una banda de música, y viendo que se necesitaban más músicos y gente que arrimase el hombro, decidí intentarlo yo también. Yo elegí tocar la trompa, pero no fue posible: no había profesor ni instrumento disponible, y además el director de la banda no confiaba demasiado en mi continuidad (ni se imaginaba lo cabezota que puedo llegar a ser cuando me lo propongo). Me dieron un saxofón, y si quieres tocar, esto es lo que hay. No nos caímos bien (el saxo y yo, quiero decir). Al cabo de un par de meses, comprendí que tenía que hacer algo para reconciliarme con él, porque si no sería imposible tocarlo, ni yo pondría interés ni él se dejaría. Eso originó mi primer cuento, “El músico mudo”. Lo dí a leer, y a la gente le gustó. Lo envié a varios concursos, y no gané nada, pero me piqué. Al cabo de dos meses, encontré una paloma de suelta deportiva muerta en mi terraza. Me enfadé mucho y escribí el segundo cuento. Y así empezó todo. Luego llegó el despido de mi trabajo de administrativa, y con el paro tuve tiempo de dedicarle horas a esto. El resultado fue mi primer libro, “Los cuentos, como yo los entiendo” (ed. Bubok). Más tarde vino la página de facebook, después el blog, la novela que tengo sin publicar y el arranque de un segundo libro de cuentos. Estoy trabajando en ello.
• Consigues darle un giro a las cosas, ¿cómo logras sacar el lado positivo o cómico en situaciones a veces que rozan lo dramático?
Entiendo que las malas noticias son un bombardeo constante, y me veo en la necesidad de buscar recursos para que todo no sea tan malo como parece. Es mi defensa contra la desesperación. Todas las cosas tienen un lado bueno, aunque no sepamos verlo al principio, y yo me esfuerzo en buscarlo. Es como una terapia personal, y trato de compartirla para que los demás se beneficien de ella igual que yo lo hago. ¿Ves? Si mi ex-jefe no me hubiera despedido yo no me habría metido en esto. Todo tiene su lado bueno.
• ¿A escribir se aprende, o se nace sabiendo?
A escribir se aprende. Leyendo muchísimo, observando todo lo que nos rodea, pero sobre todo formándose a conciencia en el uso del lenguaje. Uno puede nacer creativo, pero no escritor. Hay que dominar la herramienta de trabajo, y a través de los años ir modelando un estilo propio. No se puede confiar la “parte sucia” de la escritura al corrector de Windows.
• ¿A quien dedicas lo que escribes?
Me gusta escribir para la gente, en general. Independientemente de que sean amigos o no, conocidos o no, familia o no. A veces pienso que, si fuese pintora, haría retratos sólo por ver la cara de las personas cuando se ven reflejadas en el lienzo, pero como lo de pintar se me da fatal, lo hago escribiendo. Creé “La retratista”, uno de los relatos de mi libro, con esa idea en la cabeza. Pienso en la ilusión de los demás cuando se ven reflejados en un cuento, ellos son los protagonistas y les ocurren cosas graciosas, amables o tiernas que ni siquiera habían imaginado; siento que provocar esa emoción o esa sonrisa es tan hermoso que no podría renunciar a ello. Lo he hecho varias veces en mi página de facebook, y los comentarios de agradecimiento me llenan tanto que no me haría falta ni comer.
• ¿es fácil compaginar la vida familiar, con la laboral con la escritura?
Es fácil, no tiene horarios, ni jefes que te chillen. Tampoco hay sueldo, que conste. Aún no he ganado dinero escribiendo, aunque me gustaría vivir de mis historias. Ese es un camino larguísimo que acabo de empezar a recorrer. Espero que llegue el día en que alguien se fije en el libro, o lea el blog, y se interese por editarme.
• ¿a quién te gustaría que llegasen tus escritos? ¿Quién desearías que te leyese?
Por desear, desear... el editor de Planeta, o el de Plaza y Janés, o el de RBA... soñar no cuesta dinero. En el fondo, esa sería la manera de que mis cuentos saquen la sonrisa a mucha más gente. Si nadie sabe que escribo, ¿cómo van a leerme? Y para eso es necesaria la publicidad de una editorial seria, de las de toda la vida.
• ¿Qué piensas de los que no luchan por alcanzar sus sueños?
¿No te ha ocurrido nunca que sueñas y luego no lo recuerdas? Pienso que esas personas no recuerdan lo que soñaron, y por eso no luchan por ello. Cuando llega la chispa, eso que de repente nos hace recordar el sueño que olvidamos, es cuando comenzamos a pelear. A esas personas aún no les ha llegado la chispa. Pero, antes o después, siempre llega. Las personas sin sueños no existen, y en algún momento todos luchamos por ellos, de una forma o de otra.
Estoy segura que en cuanto empecéis a leer sus historias os enganchará como ha hecho conmigo.Espero que el destino sea justo y te coloque dentro de poco entre los más leídos!!!
Muchas gracias por todo Susana y no dejes nunca de escribir porque con tus líneas, consigues alegrarle el día a mucha gente!
Así que aquí estoy, con los ojos impermeables, porque sinceramente, aunque pensaba que ya nada me sorprendería, hay cosas que siguen sorprendiendome y que espero que lo sigan haciendo, porque eso significa que estoy viva. Pero eso si, conmigo que no cuenten para una ración de lágrimas, que las mias a partir de ahora se cotizan caras!
